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El mundo al revés
El mundo al revés

Anoche tuve un sueño que me desconcertó. Soñé que un mundo (nuestro mundo) se había puesto del revés: había amnesia colectiva, lógica ilógica, y solo unos pocos mal llamados “locos” a los que la amnesia no les llegó a afectar estaban contribuyendo a darle la vuelta, pero eran muy pocos. Darle la vuelta a un mundo entero era un tarea difícil, se necesitaban más manos, se necesitaba hacer recordar a aquellos que se habían olvidado de todo.

Me desperté sobresaltada y me puse a reflexionar, ¿Qué ha pasado? ¿Cómo? ¿Por qué?, y entonces lo entendí todo:

En el momento que hay más “debo” que “quiero”, “me apetece”, “deseo”, “me gusta”, más depresiones que alegrías, más lágrimas que sonrisas, que alguien cambia sueños por obligaciones, entiende y asume el término “madurez” como la renuncia a todo lo que un día hizo brillar sus ojos y además lo considera “cosa de niños” porque eso le han dicho que eran sus anhelos e ilusiones, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que alguien renuncia a sus pasiones, a vivir la vida a su manera porque no es lo “socialmente correcto”, lo “normal”, lo que “debe” hacerse, que se queda en su “zona de confort” por miedo a lo desconocido, siendo infeliz y haciendo infeliz de paso al resto. En el momento que alguien cree que la vida es un valle de lágrimas y que nuestra misión y el objeto de vivir es trabajar perdiendo la vida tratando de ganarla, porque un día le dijeron que eso era la vida, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que alguien “sobrevive” en compañía de los tan recurrentes amigos íntimos hoy en día, llamados estrés, prisa y tristeza, un alto porcentaje de días al mes, que asume como propia y no se cuestiona la tan manida expresión “ganarse la vida” (como si la vida no fuese de uno). En el momento en que la suma de “vida=tiempo” dedicada a sus responsabilidades, es mayor que la suma de sus ratos de ocio y de hacer-lo-que-le-de-la-real-gana, que se olvida de traducir con ejemplos “il dolce far niente”, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que alguien espera a mañana, habla de ayer con nostalgia, y se olvida de que la vida es hoy, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que en los medios de comunicación solo hay tiempo para horrores y errores, para dramas y guerras y no hay tiempo para la bondad y la alegría porque “eso no vende”, convirtiendo noticias y portadas en panfletos propagandísticos de calamidades y tragedias, donde pareciera que hay más bombas que abrazos, más odio que amor. En el momento en que alguien se hace inmune al dolor ajeno de tanto “usarlo” en pantalla como arma de destrucción de conciencias masiva. En el momento en que los medios de comunicación aturden al espectador y lo sumen en un mar de miedos infundados, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que alguien se enreda en las garras de la sociedad de consumo, hipotecando su vida en posesiones materiales, que alguien cree “necesario” tener el último modelo de Iphone, el vestido del color de moda (que por supuesto cambia cada temporada, para esclavizarnos un poquito más), o el equipo de “running” más molón, más caro, pero menos práctico cuando jamás le ha gustado ir a correr, porque esa es la “moda” y hay que ir a la moda como obligación auto impuesta, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que alguien se olvida de respetar a nuestra Madre Tierra y a todos los seres con los que comparte viaje. En el momento en que se come a costa del sufrimiento de otros seres, a sabiendas de que no es ecológico y de que en la otra mitad del mundo se mueren de hambre. En el momento en que hay un primer mundo en el que sobra, y un tercer mundo en el que falta, que un niño “tira” su comida y otro niño no tiene comida, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que un solo niño es diagnosticado con déficit de atención, depresión infantil, hiperactividad o autismo, obviando que es puro y lógico aburrimiento mezclado con desgana por una educación de memorizar y no entender, en la cual se “aprende” lo que en tres días se vomita y olvida, y es medicado desde su más tierna infancia convirtiéndolo en un cliente-adicto más que ayudará a mejorar las cuentas de la industria farmacéutica desde hoy y para siempre, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que alguien se olvida de mirar a los ojos por tener la vista puesto en el móvil. En el momento en que nos relacionamos por vía virtual. En el momento que una caída del whatsapp ocasiona una crisis mundial. En el momento que cambiamos el roce de unos a otros por rozar la pantalla del móvil y las emociones y los besos los convertimos en emoticonos, el mundo se vuelve del revés.

En el momento en que alguien que sufre no encuentra hombro para llorar, ni ayuda para vivir, el mundo se vuelve del revés.

 

Vivir vs Sobrevivir. Amor/solidaridad Vs Odio.

Darle la vuelta a este mundo del revés es cosa nuestra, ¡nosotros decidimos!

 

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